En la serie que venimos publicando sobre cómo pensar mejor el futuro —desde mirar el mundo “como una libélula” hasta usar estimaciones de Fermi y evaluar nuestras predicciones con el Brier score— hoy damos un paso práctico.
En un anexo de Superforecasting: The Art and Science of Prediction Philip Tetlock y Dan Gardner sintetizan décadas de evidencia en diez hábitos que, entrenados con intención, mejoran la precisión de las predicciones. A continuación los adaptamos a nuestro día a día, con ejemplos, micro-rutinas y una plantilla para que los pongas en marcha ya.
1) Triaje: elige bien tus batallas
Idea: Enfoca el esfuerzo donde rinde: evita lo trivial (reglas simples bastan) y lo casi inescrutable (ni modelos complejos ayudan). Busca la “zona Ricitos de Oro”: dificultad media, datos suficientes y decisiones reales en juego.
En la práctica: Antes de empezar, responde: ¿Qué decisión depende de esta previsión? ¿Tengo datos comparables? ¿Puedo aprender algo verificable en ≤ 3–6 meses?
Ejemplo: “¿Subirá el EUR/USD >3% este trimestre?” (útil, verificable, con histórico) vs. “¿Cómo será la economía en 2050?” (demasiado nebuloso).
2) Descompón lo intratable en subproblemas tratables
Idea: En espíritu Fermi: separa lo conocible de lo supuesto, haz explícitas las piezas y sus rangos.
En la práctica: Escribe los factores multiplicativos/sumatorios y asigna rangos razonables. Ajusta solo una pieza por vez y observa el impacto.
Ejemplo: “Nuevos suscriptores del blog este mes ≈ (visitas) × (CTR a newsletter) × (conv. suscripción)”. Pon números, luego afina.
3) Balancea la vista interna y la externa
Idea: La “vista externa” pregunta por la tasa base: ¿Con qué frecuencia ocurre algo así en contextos similares? La vista interna usa el caso concreto: ¿Este es diferente por algún motivo?
En la práctica: Empieza con una tasa base (clase de referencia) y ajusta con información específica del caso (± puntos porcentuales).
Ejemplo: Probabilidad de que una feature de producto se retrase. Base: % de releases pasadas con retraso. Ajusta por complejidad y recursos actuales.
4) Actualiza sin quedarse corto ni pasarse
Idea: Como la higiene dental: actualizar creencias es rutinario, no heroico. Ni “me quedo igual” ante señales claras, ni “me doy la vuelta” por titulares ruidosos.
En la práctica: Define umbrales de actualización: pequeña (+/− 5–10 puntos), media (10–20), grande (>20) según la fuerza de la evidencia.
Tip: Anota qué evidencia esperabas ver; cuando aparezca, actualiza según lo previsto (evita el sesgo de confirmación al vuelo).
5) Identifica las fuerzas causales en conflicto
Idea: Casi todo fenómeno tiene motores y frenos. Hazlos explícitos y señala señales que te moverían hacia un lado u otro.
En la práctica: Lista “Pro-evento” y “Contra-evento” con indicadores observables (p. ej., métricas, declaraciones, datos de alta frecuencia).
Ejemplo: Probabilidad de que una ley se apruebe. Motores: apoyo de X partidos, encuestas favorables. Frenos: fractura interna, calendario legislativo.
6) Usa tantos grados de duda como permita el problema (ni más ni menos)
Idea: Pasa de “creo que sí” a probabilidades numéricas. Diferenciar 55% de 65% ya es una ventaja.
En la práctica: Trabaja con una escala estándar para comunicarte y calibrarte:
- 5% “raro pero posible” · 10% “improbable” · 20% “poco probable”
- 30% “podría pasar” · 40% “moneda cargada” · 50% “indiferente”
- 60% “algo probable” · 70% “probable” · 80% “muy probable” · 90% “altamente probable”
7) Equilibra prudencia y decisión
Idea: La precisión a largo plazo exige calibración (que el 70% ocurra ~70% de las veces) y resolución (atreverte a alejarte del 50% cuando toca).
En la práctica: Evita eternos “tal vez”. Comprométete con un número, deja claro qué lo movería y revisa periódicamente. Evalúa tu desempeño con Brier score para ver si mejoras en calibración y resolución.
8) Postmortems sin espejo retrovisor
Idea: Revisa de la forma más objetiva posible tus errores y aciertos. Ni excusas, ni autoflagelación con los errores ni autocomplacencia con los aciertos: examinalos con la voluntad de aprender de ellos.
En la práctica: Tras cada veredicto:
- ¿Qué supuestos fallaron / acertaron?
- ¿Fue suerte o proceso?
- ¿Qué regla simple cambiaré (o mantendré) la próxima vez?
9) Saca lo mejor de los demás (y deja que saquen lo mejor de ti)
Idea: Participa en equipos de pronosticadores que discrepan bien porque són los que sobresalen del resto. Las claves: estar abierto a perspectivas ajenas (sé cómo una libélula), haz preguntas precisas y fomenta la confrontación constructiva.
En la práctica: Roles claros (abogado del diablo, sintetizador, red team), turnos de voto ciego antes del debate y registro de argumentos.
10) La bicicleta del balance de errores
Idea: Esto no se aprende leyendo, sino pedaleando: práctica deliberada + feedback inequívoco.
En la práctica: Lleva un diario de previsiones con fechas, probabilidades y resultados. Revisa por lotes (mensual/trimestral) y ajusta reglas.
11) …y recuerda el “mandamiento cero”: no hay recetas infalibles
Cada caso tiene matices. Las reglas ayudan a empezar, no a automatizar tu juicio. Adapta, itera, añade nuevas reglas se te ayudan y vuelve al dato.
Conclusión
Superpronosticar no es magia; es proceso + práctica. Si aplicas estos mandamientos con disciplina, verás cómo mejoran tus números y, sobre todo, tus decisiones.
Tu plantilla descargable en Word
Para facilitarte el trabajo, hemos preparado una plantilla en Word con los elementos clave del kit de arranque y el checklist rápido que te ayudará a estructurar tus previsiones y a evaluarlas antes de publicarlas.
👉 Descargar plantilla en Word
En este documento encontrarás:
- Campos amplios para definir tu pregunta, horizonte temporal y probabilidad inicial.
- Espacios para registrar la vista externa y la vista interna, además de motores y frenos con sus indicadores.
- Secciones para documentar tus actualizaciones de probabilidad y compromisos de revisión.
- Un apartado final para calcular tu Brier score, hacer el postmortem y anotar qué aprendizajes conservarás.
- El checklist rápido con casillas que puedes marcar antes de dar por buena tu predicción.
Así tendrás en un solo documento un marco práctico para entrenar tu proceso de superpronosticador.
